Se
posaban las lunas de Octubre sobre el manto celestial.
Ella
caminaba mirando las estrellas,
Él
miraba su sombra andar.
Ella
estaba sentada en la locura,
Él
ya llevaba tiempo ahí.
Ella,
en su cajón guardaba poemas y hojas secas,
Él,
en su cajón guardaba canciones.
Sus
poemas eran de utopías,
Sus
canciones eran de oración.
Él
la vio; le gustaron sus pestañas y la forma de sus labios...
Ella
miro sus ojos, y sus manos...
Se
abandonaron los ecos, se dejaron aquellos ecos del jardín, de deshizo lo
anacoreta, el tiempo empezó a tener un nuevo ritmo; te vuelves al amor cuando menos lo esperas, baja
del Cielo la oportunidad de compartir los perfumes de la vida con
esa persona que guardaba en su corazón los mismos anhelos, los mismo sueños,
los labios llenos de besos… habían sido dicotomía.
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