miércoles, 17 de agosto de 2011

Esfinge

Se pueden construir mundos con tus palabras, danzar los campos de girasoles y hacerme acompañar de tu mano mientras sentimos la brisa de la suave lluvia sobre nuestros rostros…
Pero, ¿de qué sirven los cobardes?… sé que no puedo comprarle promesas al tiempo y escribirte poesía, no puedo sentirme princesa y subirme al castillo, no puedo…
¿De qué serviría estar parada aquí tocando mi subversión, de qué serviría esta sed de laureles de gloria, de que serviría mis lunas llenas, mi búsqueda?
Sé que no deben ser ingenuas mis esperanzas, no deben ser minúsculas las frases que te escribiré, sé que en este mutuo desarrollo encontraremos un enorme espacio para la voluntad, esa que se erige desde nuestros corazones al mirarnos.