martes, 19 de julio de 2011

Oaxaqueña

Se levantaban ingentes las montañas, era claro el azul del cielo, y era verde, muy verde el camino...ante Pachamama, yo diminuta, pero su recuerdo era alto, tan alto como ella, la mujer que de vez en vez se asoma ante mi rostro sobre el espejo.
Era tal mi anhelo, que deseaba encontrarla ahí, entre sus tierras, entre sus costumbres, en los rostros ajenos, quería apropiarme de esos días para sentirla.
Rodeada de ojos amables, de sonrisas cercanas, me sentí en casa. Mi paladar disfrutando como antes el cacao del téjate, y el tamal de hoja de plátano, saboreando el pan de yema, el café de olla y las enfrijoladas sabor a epazote, tal como ellas las hacía, descubrí cuanto la extraño.
El rebozo rosa envolvía mi corazón, danzando al ritmo de chilenas me descubrí a su lado, todo lucía hermoso, así como luce Oaxaca al respirarla...

1 comentario:

  1. Saca las nubes de las montañas y una que otra playa! Oaxaca cambió mi vida.

    Beso y abrazo, ya te la sabes!

    Letras viejas de hoy

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